Pablo Galiano nació en Madrid y aprendió a andar en el barrio que más músicos tiene por metro cuadrado, la Alameda de Osuna. Dice que allí, junto con la ayuda de su madre que cantaba a todas horas y su padre, que colaboraba con su actitud roquera a lo West Side Story, descubrió que tenía una sensibilidad especial para la música y que los instrumentos musicales le fascinaban mucho más que los coches, balones y cuadernos.
Entre esos tiempos remotos y el día de hoy se han acumulado doce años de andanzas musicales por salas madrileñas, cinco de ellos en solitario.
Hay algo extraño e inquietante en la música de Pablo Galiano. Haciendo un análisis de estilo podemos encontrarnos con una mezcla de músicas más o menos accesibles y conocidas: blues, rock, surf, tango, folk…etc. Sin embargo, la asimetría en las proporciones de la mezcla de estos elementos puede confundir a la hora de buscar una etiqueta para definir su sonido a quien nunca lo haya escuchado.